viernes, 27 de marzo de 2015

Entrenamiento pasado por agua.

Ufff... me ha costado poner a haceros un pequeño relato de mi entrenamiento del pasado domingo 22 de marzo, y es que lo pasé bastante mal y no por problemas físicos.

Llevábamos una semana bastante mala, climatológicamente hablando, pero es que para el fin de semana la previsión era pésima, lluvias, viento, bajada considerable de temperaturas e incluso alertas por hielo y nieve, así que todo pintaba complicado.

Vistas desde la aproximación al Barranco de la Barriguilla
El viernes me tocaba descanso, y aunque no me gusta parar, suelo hacer un rodaje corto y suave, sólo para descongestionar piernas, en esta ocasión el mal tiempo me animó a quedarme parado. La idea era el sábado salir a rodar un poco con la bici y una carrera corta y suave por montaña, sin embargo, un trabajo manual, harto complicado para mi hijo y como pude comprobar después para todos en general, me tuvo entretenido toda la mañana echándole un cable... (nunca mejor dicho, era un montaje eléctrico), nunca les hago los deberes, sí les oriento o les ayudo cuando se les cruzan los problemas, pero en esta ocasión tuve que intervenir, afortunadamente poco, pero había partes del trabajo que un poco de sentido de la responsabilidad me indicaron que era mejor hacerlo yo que corriese un cierto riesgo mi hijo. Después de comer temprano tocaba arbitrar en el III Duatlón Ciudad de Logroño, con lo que la tarde la tenía ya ocupada y sin posibilidad alguna de salir a entrenar, ni mucho, ni poco, ya que estas cosas se alargan para los que ejercemos de Oficiales, una vez acabada la prueba siempre hay reunión técnica y trabajo pendiente por hacer para tener disponibles las clasificaciones lo antes posible, con lo que hasta casi las 21:00 horas no llegaba a casa.

Inicio del Barranco de la Barriguilla
Miro la presión del tiempo, por si había variado, y nada, la del sábado se cumplió, frío y ligera pero persistente lluvia. En principio la idea era salir con otros dos compañeros de trail, ya que había hablado con uno de ellos durante la tarde al haberse acercado a ver a amigos participar en la prueba, y habíamos quedado en concretar por la noche hora para salir. Sin embargo, viendo que la lluvia se había hecho más intensa y que la previsión para el domingo era nefasta, lo dejamos en cada cual que haga lo que quiera y le apetezca, y así es como decidí esperar a levantarme el domingo y decidir sobre la marcha.

El Barranco comienza a volverse frondoso

07:30 me levanto, miro por la ventana y sólo veo caer una manta de agua, miro la app del móvil para ver la temperatura y marca 3ºC, joder que plan... con lo que odio salir lloviendo, y más si lo que cae es un aguacero. Total que tras debatir conmigo mismo un buen rato y convencerme a mi mismo que no puedo quedarme sin entrenar por culpa del tiempo, me cambio, cojo la mochila, el GPS, el impermeable, unas barritas energéticas y dos bidones, uno de agua y otro de isotónica y no me lo pienso más, me voy a la aventura y que sea lo que tenga que ser, si hoy toca sufrir pues se sufre, ya llegarán mejores días con lo que salir con una sonrisa en la boca.

Cruce con pista forestal que sube a Zorramuel desde Clavijo

Me dirijo a Clavijo, una localidad muy cerca de Logroño, a 872 metros de altitud, y que suele ser punto de partida de la mayoría de mis entrenamientos, ya que me deja en plena zona de montaña con infinidad de posibilidades. La idea más o menos la llevaba en la cabeza, y con el fin de mantenerme entretenido la intención era explorar dos zonas que tenía pendientes desde hace algún tiempo, y como la intención era hacer un treckking largo combinado con tramos de carrera, pues se prestaba bien a ello.

El barranco se retoma por la senda de la derecha
Aparco, salgo del coche y hace una rasca del copón, 2ºC, más lluvia aún que en Logroño, previsible, ya que de camino la zona no se veía en el horizonte mas que nubes grises y densas, con lo que el mal tiempo estaba garantizado. No me entretengo lo más mínimo y salgo sobre el itinerario previsto, que pronto se torna en modo "explorador" ya que la primera zona a reconocer era la ascensión hasta Zorramuela por el Barranco de la Barriguilla, al salir de la senda habitual por el punto que ya tenía como de acceso al barranco, me encuentro enseguida en una senda frondosa, si en la aproximación ya estaba el suelo empapado y encharcado, a partir de este punto la senda se convertía en una escorrentía, el arroyo del barranco a la izquierda, pero la senda parecía querer hacerle la competencia por llevar agua y era casi un arroyo paralelo. 

Se abre el Barranco, estas las vista a la espalda
Voy progresando por la senda boscosa, estrecha y en zonas apenas visible, pero sin mayor problema, el barranco obliga a seguir el único itinerario posible hasta salir a una pista forestal que conozco y que sube a mi punto objetivo. Busco alguna senda en las proximidades pero no hallo nada practicable, enseguida se torna bosque cerrado e impracticable, salvo para algún jabalí... así que transito por la pista unos 300m para coger de nuevo la senda del barranco, luego pude ver sobre el mapa que el punto de conexión con la pista estaba en un barranco contígüo y no en el que debía seguir, la senda me había llevado ligeramente a la derecha abriéndose a ese pequeño barranco, y ese tramo es el que había que recuperar para volver a coger la dirección correcta.

A todo esto, la lluvia incesante, la capucha puesta y cerrada, y el impermeable brillante por el agua, iba a ser una dura prueba para él, lo que me sacaría de dudas si realmente aguantaría una salida con agua durante horas, la prueba del algodón.

La senda es una escorrentía contínua
Ya de nuevo sobre la senda con destino al collado sobre Zorramuela sigue siendo frondosa, pero a los pocos cientos de metros se deja la zona boscosa para abrirse y dejar ver la configuración más abrupta del barranco. Sin embargo, la escorrentía cada vez más caudalosa, y más empinada. Veo en un punto a mi derecha una senda y decido seguir el curso del arroyo buscando la salida del barranco. Luego pude comprobar sobre el mapa que esa senda, que en principio parecía venir desde abajo a juntarse con aquella por la que transitaba, lo que hacía era dibujar una curva que te volvía a poner en camino hacia arriba y con mejor salida que por donde yo fui, con lo que me queda pendiente reconocer ese tramos en otra ocasión. Llegado un punto la senda se junta con el arroyo y tengo que cruzarlo para dejarlo a mi derecha, ya que la salida se complica recta y sin embargo se adivina más fácil por el otro margen del arroyo. En pocos cientos de metros dejando el arroyo a mi espalda  se llega al collado desde donde un poco más abajo se ve Zorramuela... ¡¡¡Bién... conseguido!!! zona explorada con éxito.
Fuentes ganaderas y lodazal a transitar

Sopla aire frío, y sigue lloviendo, enseguida cojo una ruta de los anillos ciclomontañeros que hay por la zona y la cojo hacia la derecha por la antigua senda a Trevijano buscando enlazar con con la pista que lleva al Collado del Mallo, y así es como ya ando sobre itinerario conocido, sin embargo apenas puedo ver nada, la niebla es espesa y he de andar pendiente de no errar en las intersecciones para coger el camino bueno. Afortundamente conozco bastante bien la zona y no tengo problema alguno.

Unión de la senda alternativa a Senda Bonita con la pista
Llego a la zona conocida como El Viso, la niebla aún más espesa, toca dirigirse hacia el Serrezuela para bordearlo por el sur a traves de senda a media ladera para llegar al collado a los pies de Peña Saida, incio de la conocida Senda Bonita, antigua senda a Luezas. Aquí cruzo una alambrada por una portilla para bajar por otra senda alternativa que personalmente me gusta mucho y que va hacia el Oeste y enlaza con la pista que sube desde Viguera a Peña Saida por la cantera de dicha localidad. Desciendo hasta unos corrales, he de enterarme de como se denominan para poder hacer referencia a este punto, y vuelvo a ponerme en "modo explorador", ya que otro de los objetivos era localizar una senda que me llevase desde aquí hasta la cantera sin tener que bajar por la pista.

Los Jembres riojanos

Zona abierta en todo momento y voy transitando por trochas y sendas hasta coger una que ya marcada se dirige por la ladera perdiendo altitud hasta mi objetivo, es una senda con buenas vistas, espero que pronto haga buen tiempo para poder disfrutar mejor de la panorámica durante el descenso.

Ya junto a la cantera cojo una trocha de ganado buscando coger de nuevo algo de altura para subir una cima que lleva a un corral pequeño de ganado que, dejándolo a la espalda, se vuelve a ganar altura buscando la siguiente cima. Se ve con claridad una senda. Una vez arriba continuar para ir perdiendo altura y coger una pista que se ve más abajo. Transitando por ella se llega de nuevo cerca de otro corral de ganado a los pies de la Peña del Diablo, sin llegar a él se toma la senda que nace a la derecha en el sentido de la marcha para buscar Peña Bajenza. Voy ganando altura y en un collado al frente se ve a los pies la ermita de San Marcos, a donde hay que bajar para afrontar la versión riojana de la "subida a los Jembres" de los Obarenes de Miranda. Subida muy vertical, de las que hay que ayudarse de los apoyos en las piernas para ir ganando altura. La cima es clara, un collado entre dos peñas, desde donde se puede ver Peña Bajenza. Se continúa por la senda y después de perder unos metros de altura y un giro brusco a derechas se vuelve a ganar altura hasta llegar ya al cruce donde a la izquierda se va hasta la cruz sobre Peña Bajenza, de frente se baja hasta Islallana, y a la derecha, por donde yo me dirijo, se remonta de nuevo hacia los corrales a los pies de Peña Saida.

Vistas de Peña Bajenza desde los Jembres riojanos
La senda es clara, y hay que ir cogiendo las bifurcaciones que vamos encontrando a la derecha, continuamente ganando altura hasta llegar a una portilla, que debido a la niebla y lo frondoso de su ubicación bien podría usarse de exteriores de una película de terror... Traspasada la portilla se llega enseguida a una pradera que hay que cruzar recta para coger una senda entre encinas de marcas de todo terreno, no abandonarla, nos llevará hacia nuestra derecha poco a poco, hasta llegar junto a los corrales. Tomamos la pista hacia la izquierda y voy en busca de una fuente ganadera tras la que se encuentra una portilla que, una vez atravesada, nos mete en una senda frondosa que se une a Senda Bonita en su primer tercio, se pude ver un mojón de piedras indicando ese punto. Aquí giro a la izquierda para bajar hasta la pista que conduce desde Albelda hacia Trevijano, y ya no la dejo hasta llegar a la portilla por la que si cruzamos nos dirigiríamos hacia el Collado del Mallo . Sin cruzarla nos dirige hacia Clavijo, punto de partida y final.

Portilla en la senda dese Peña Bajenza hacia los corrales
a los pies de Peña Saida
Tras más de 6 horas concluyo un recorrido de algo más de 40 kilómetros bajo lluvia y frío persistente, en muchas zonas inmerso en la niebla, y con las piernas como el marmol por el agua y el frío. Me costaba arrancar a correr por lo duras que llevaba las piernas del frío, sin embargo he sido capaz de ir sobrellevando estos cambios de caminar rápido a correr. La alimentación no me ha dado problemas, y la hidratación parece que has sido correcta, sin embargo he echado de menos un termo pequeño con café para darme un capricho caliente entre el frio. El chubasquero ha aguantado bien, siendo un chubasquero bastante normal, 5000/5000, me ha funcionado bien y me ha mantenido bastante caliente y ha permitido una transpiración adecuada.

Ahora ya deseando que llegue de nuevo el domingo para volver a rodar por la montaña otras 6 a 8 horas, ya os contaré cuál ha sido mi ruta.

Itinerario.  Falta un tramo que he tenido que recortar por errores del GPS al inicio de la ruta y que he igualado con el final.
Enlace a la ruta en Wikiloc


No hay comentarios:

Publicar un comentario