martes, 14 de julio de 2015

Gran Trail Peñalara 2015: fiasco monumental...

Logo del GTP
¡¡¡ Fiasco !!!, con esa palabra definiría mi participación en el GTP110 del 2015. Me ha costado bastante escribir esta crónica porque me ha supuesto un palo bastante grande, no finalizarla me supone no poder aspirar a un objetivo muy ambicioso... clasificarme en la Spain Ultra Cup, para lo que necesitaba, sí o sí, finalizar el GTP. Para clasificarse es necesario finalizar tres ultras del circuito en el mismo año, y mis ultras elegidos eran CSP115, GTP110 y Guara-Somontano. No tengo posibilidad de otro ultra porque el calendario lo tengo petado, entre el GTP110 y Guara-Somontano tengo la fortuna de poder acudir al CCC del Mont Blanc, por lo que me resulta imposible tratar de meter otro ultra entre ambos. Será un objetivo pendiente para el 2016...

Salida a las 00:30 horas del sábado 27 de junio, este año se atrasó la misma para disputar previamente el Cross Nocturno, una prueba rápida de 13 kms, que puede servir perfectamente para iniciarse en carreras por montaña. Personalmente creo un error organizativo celebrar el cross nocturno previo a la salida del GTP110, creo que lo aconsejable es no retrasar la salida de la prueba reina y seguir permitiendo disfrutar de dos horas más de rodaje nocturno, que se traduce en dos horas menos de castigo por el calor a lo largo de la jornada, y sobre todo, que el inicio de la ascensión al Reventón y posteriormente a Peñalara se realice con las primeras horas del día y por lo tanto se padezca menos con el calor en la ascensión más dura de la prueba.

Feria de corredor
Igual que el año pasado mi jornada no me permitió tomarme un descanso previo a la salida, ya que mi llegada a Navacerrada fue sobre las 20:00 horas, después de haber cogido la habitación del Hotel y tratando de contar con el mayor tiempo posible de "relax" previo. Recojo el dorsal y dejo la bolsa para Rascafría que ya traía preparada de casa, unas fotos en la zona de la feria del corredor y de nuevo al hotel, ultimar detalles de la mochila y a cenar temprano para tomar la salida con la digestión hecha.

En zona de salida nos presentamos sobre las 23:00 horas, la entrada a Navacerrada se complicó un poco por el Cross Nocturno, pero tuvimos suerte y pudimos aparcar relativamente fácil. Un café para espabilar, ya que la falta de sueño se notaba y hacia la zona de salida a la espera de pasar el control de material. Allí me junto con Serafín, compañero de andanzas en el CSP115, con quien llegué a Meta, charlamos un rato y a pasar a zona de salida. En el control me pidieron el teléfono y el cortavientos. Pasamos al box de salida y nos encontramos con Rafa, un ultrero que conocí también en el CSP115 y con quien estuvimos charlando un rato hasta la salida.

A las 00:30 horas se da la salida y la "serpiente" de luces blancas y rojas se pone en camino hacia La Barranca, trote suave y picando hacia arriba desde la salida de Navacerrada en busca del inicio de la subida a La Maliciosa, primera dificultad montañosa que no se hace esperar, ya que su ascensión se inicia a los pocos kilómetros de tomar la salida. Este año mi idea era hacer la subida más suave que el año pasado, buscando un ritmo trotón sin exigirme desde el inicio, por lo que no busqué ir hacia adelante desde el comienzo. La ascensión muy cómoda, sin exigirme lo más mínimo, y en la que clavé el tiempo del año pasado, 1 hora y 36 minutos en la cima, por lo que me llevé una grata sorpresa, ya que el año pasado la hice en el mismo tiempo pero con sensación de esfuerzo, por lo que los inicios de la prueba pintaban bien.

Perfil del GTP
Arriba soplaba algo de viento, y el sudor provocado por el calor en la ascensión se enfría rápido, por lo que busco descender rápido pero sin asumir riesgos, así es como bajo la parte inicial y más complicada de La Maliciosa en busca del primer avituallamiento. Una vez finalizado el primer tramo viene una zona más rodadora, con pendiente menos acentuada, y por la que se pude correr sin excesivos riesgos. Busco mi ritmo, trote ligero pero sin forzar. A falta de unos 3 kilómetros a Canto Cochino detrás se me coloca un corredor con un frontal potente que me resulta molesto porque la luz del mío de menor intensidad me induce sombras provocadas por mi el frontal a mi espalda, bajo un poquito el ritmo buscando que me pasase, pero parece ir cómodo detrás, aquí no se puede obligar a nadie a pasar, por lo que continúo. En zonas "complicadas" por lo bacheado del terreno no consigo ver el perfil y es lo que en un punto mi sombra impide ver un punto complicado donde sufro un traspié y mi tobillo izquierdo sufre un esguince. En el momento de la torcedura me veo obligado a bajar considerablemente el ritmo, me ha dado un buen pinchazo el tobillo y sigo trotando pero buscando si consigo hacer un apoyo más o menos completo y correcto. Como en tantas ocasiones entrenando las torceduras son habituales, y en la gran mayoría de ocasiones basta con aflojar un poco el ritmo, buscar buenos apoyos y esperar que los ligamentos se recuperen de una pequeña distensión si que vaya a más. Así es como continúo hasta la Canto Cochino, primer avituallamiento y segundo punto de control. Clavo el tiempo de año pasado, 2 horas y 55 minutos, y sigo con la sensación de ir bastante más descansado y a pesar de haber reducido el ritmo considerablemente después del traspié.

En compañía de Serafín momentos antes de la salida.
Como unas piezas de naranja, bebo un refresco de cola, unos frutos secos y relleno bidones. El tobillo me molesta, pero no me veo impedido de andar o trotar, eso sí, muy suave, porque en cuento subo un poco el ritmo me da pinchazos bastante molestos. Ahora toca una nueva ascensión, corta pero exigente, su primer tramo es complicado porque se hace entre rocas de gran tamaño y en las que en ocasiones hay que tirar de manos para superar los escalones naturales del terreno. La segunda mitad es por trocha con zonas de roca, más llevadera. A mitad de ascensión, cuando el terreno es menos complicado y en algunas zonas permite trotar pierdo el contacto con el grupo con el que voy y me tengo que dejar caer, no consigo trotar sin molestias, por lo que tengo que limitarme a caminar, rápido, pero caminar. Llego al alto de la Pedriza, nuevo control, tiempo 3 horas y 42 minutos, acumulo un retraso con respecto al año pasado de tan sólo 4 o 5 minutos, por lo que a pesar del problema del tobillo consigo mantener un buen tiempo.

Toca rodar una corta zona trotona, con perfil más o menos llano, y donde se puede trotar ligero. Me limito a intentar trotar suave, y lo consigo en parte, si el terreno no está roto puedo hacerlo, con alguna molestia pero puedo trotar. En cuanto se rompe o se vuelve revirado tengo que volver a caminar, el tobillo me molesta bastante en los giros bruscos y yo busco recuperarlo, aunque ello me suponga pérdida de tiempo.

Perfil del GTP realizado por Calcasport
El descenso después de la Pedriza y el tramo suave es corto pero complicado con el tobillo tocado, no es peligroso, pero sí técnico, ya que se realiza en una zona con bastante vegetación en un principio que complica ver la senda, a su vez rota y llena de pequeñas "trampas" de raíces y rocas sueltas. En un par de ocasiones me vuelvo a hacer daño en el tobillo, no por torcedura, si no por giros bruscos por exigencia del relieve.Y así es como llego al punto más bajo del descenso. Nuevo ascenso, suave, hasta el segundo avituallamiento y tercer control en la Hoya de San Blas, donde llego en compañía de Serafín que me coge desde atrás al final del descenso de la Pedriza y de Rafa, a quién alcanzamos un par de kilómetros antes del control. Tiempo 5 horas y 1 minuto, tan sólo 11 minutos más que en la edición del año pasado, y contando con que me ha resultado imposible llevar un ritmo cómodo y mucho menos rápido que sin el contratiempo del tobillo estoy seguro que hubiese podido llevar.

Relleno bidones, como unas piezas de chocolate y algo de fruta, pero es ahora cuando me doy cuenta, por la dificultad para comer, que he cometido un grave error... Me he olvidado de comer y beber correctamente desde el último avituallamiento en Canto Cochino, mi cabeza ha estado tan vigilante en las sensaciones y señales de mi tobillo que me he olvidado por completo de hidratarme y comer, lo que me ha costado que mi estómago se haya cerrado bastante y me cueste comer y beber con cierta normalidad... Veremos que pasa con el paso del tiempo y los kilómetros.

Al día siguiente hematoma en la parte inferior...
Iniciamos Serafín, Rafa y yo el largo ascenso a la Morcuera, próximo avituallamiento y punto de control. El año pasado esta ascensión la hice a trote ligero en la primera mitad, y a tramos caminando y tramos trotando la segunda. Sin embargo este año me veo obligado a hacerla caminando todo el rato, a pesar de que la primera mitad el firme es bastante bueno, el tobillo se me resiente al trotar y prefiero caminar e intentar recuperar mejores sensaciones, en el tobillo y en el estómago. Serafín que camina muy fuerte marca el ritmo, no sin cierta dificultado consigo mantenerlo, sin embargo Rafa se descuelga después de un par de kilómetros y le perdemos. Se hace de día durante el ascenso y coronamos en la Morcuera con un parcial de 7 horas y 16 minutos, por lo que con respecto al año pasado acumulo un retraso de 26 minutos... caminar en lugar de trotar en un ascenso tan largo hace que se note la diferencia, pero a pesar de todo contento, el tobillo parece haber dejado de darme pinchazos, aunque sigo notando que tengo molestias, pienso que quizá haya conseguido minimizar el problema.

En la Morcuera rellenar bidones, un refresco de cola, fruta y unas pasas, no me entra nada más en el estomago. Queda un largo descenso de unos 14 kilómetros hasta Rascafría, por lo que prefiero no forzar la ingesta de alimentos, ya que el descenso me permitirá alimentarme si veo que mi estómago se recompone.

Primer tramo de descenso de la Morcuera andando, le digo a Serafín que tire hacia abajo, que quiero esperar a coger la pista un par de kilómetros más abajo y no arriesgar en el tramo, cómodo, pero complicado para un tobillo tocado, sin embargo prefiere acompañarme, lo que agradezco enormemente. Llegados a la pista comenzamos a trotar suave, parece que el tobillo no me impide un trote decente, por lo que así vamos hasta el final del mismo, a falta de unos 2 kilómetros, y donde decido volver a caminar. Si bien el tobillo no me ha impedido el trote suave, si he notado como se me ha ido cargando y donde ha vuelto a producirme molestias y algún que otro pinchazo. A pesar de comenzar a caminar noto que el tobillo no va bien, no consigo seguir el ritmo endiablado de Serafín, que anda rapidísimo, y donde hace falta poder mover los pies con soltura para llevar una zanzada tan amplia y fuerte, por lo que le digo que tire para adelante, que el avituallamiento y control de Rascafría, kilómetros 54-55 de carrera, está cercano.

Mi visión del futuro ultrero inmediato para este año
Llego a Rascafría con un tiempo de 9 horas y 15 minutos, donde acumulo un retraso con respecto al año pasado de tan sólo 39 minutos, por lo que me siento animoso. Sin embargo, decido acudir a la Ambulancia para que me miren el tobillo. Soy consciente que si salgo de este punto me tengo por delante 26 kilómetros hasta el siguiente punto donde existe punto de extracción en caso de retirada. Mi tobillo no ha mejorado, las molestias continúan y hasta andando ya siento pinchazos. No veo que sea responsable seguir camino sin una opinión profesional y sin ver realmente el aspecto del tobillo. Sorpresa al quitarme la zapatilla y el calcetín... Mi tobillo está bastante inflamado, el sanitario me hace una palpación y me indica que tengo un esguince grado I-II y que no puedo acometer el tramo de la cresta de los Claveles con el tobillo así, algo que comparto, ya que es un tramo tremendamente técnico y arriesgado, en donde se transita a base de saltos entre los gigantes bloques de roca que lo configuran, y que este año, además, hay que realizarlo dos veces, la primera para poder hacer cumbre en Peñalara, techo de la prueba y pico del que toma su nombre, y el segundo de regreso para tomar un trazado distinto al habitual. La organización se ha visto obligada a modificar el trazado porque la vigilancia del parque no ha permitido bajar por el original, asunto de nidificación de aves. Así que tomo la decisión de retirarme, no creo responsable seguir con la opinión en contra de un sanitario y porque es evidente a la vista, además de al tacto, que mi tobillo no está para saltos ni zonas complicadas.

Me despido de Serafín que ya cambiado y avituallado sigue en carrera, le deseo suerte y le animo ya que lleva un buen tiempo en comparación con su resultado del año pasado, le digo que estoy confiado en que va a mejorar sustancialmente su tiempo, le he visto muy fuerte y motivado, y salvo un problema físico estoy convencido que va a mejorar su tiempo. Luego supe que efectivamente así había sido, había sido Finisher mejorando su tiempo de forma considerable. ¡¡¡Enhorabuena Serafín!!!Nos vemos en la siguiente. De Rafa también supe que consiguió ser Finisher pero que sufrió mucho por el exigente calor que se hizo sentir en la Sierra de Guadarrama.

Para finalizar la crónica no quiero olvidar agradecer como se merece la labor de los voluntarios, alma de la prueba, siempre atentos, entregados y con una sonrisa y una palabra de ánimo para cada uno de nosotros. Son, creedme, lo mejor de la prueba... ¡¡¡ UN MILLON DE GRACIAS !!!

Logo del Ultra Trail del Mont Blanc

Por lo que a mi respecta... Se confirmó después de visitar al traumatólogo mi esguince grado II, al que debo de entre 15 a 20 días de reposo y recuperación, con visita al fisioterapeuta para tratar de agilizar y recuperar lo mejor posible el tobillo. Sólo espero que este parón no me impida un desarrollo medianamente normal en el CCC del Mont Blanc, a donde llegaré falto de puesta a punto debido a este imprevisto, pero eso ya se verá y desde aquí os lo contaré...